
Esto es lo que vemos en los medios masivos de comunicación, especialmente en los periódicos y, desafortunadamente nos estamos acostumbrando a esta situación. Pero ¿qué pasa con las nuevas generaciones?, ¿Con los niños que están viviendo en ésta sociedad, que nacieron entre todo este crimen?
Tuve la oportunidad de hablar con un grupo reducido de niñas de entre ocho y nueve años, todas procedentes de la ciudad de León Guanajuato, hablamos de distintos temas relacionados con la seguridad de su localidad, pero enfatizamos en la muerte de uno de sus compañeros de escuela.
Las niñas platicaban que Víctor, su ex compañero, jugaba con un primito de tres años, el cual tomó un rifle, lo apuntó hacía él y le disparó como lo había visto en las películas, sin saber lo que causaría.
Lidia, la mejor amiga del pequeño, comentaba que el suceso sí le dolió mucho, pero que ya lo olvidó, debido a que ya pasó mucho tiempo (aproximadamente seis meses). Otra de las niñas ahí reunidas comentaba que a ella no le había impactado tanto, que veía casos peores en los noticieros.
Lo que me lleva a concluir que en la actualidad los pequeños están expuestos a tantos crímenes en tan poco tiempo que han perdido la capacidad de asombro. Cada vez son más muertos, y los niños ya no le dan el verdadero significado a las cifras, solamente piensan que son muchos y que mañana serán más. Y al presenciar en su realidad un suceso como la muerte de Víctor lo ven como un evento menor, en donde únicamente un sujeto mató a otro. Están acostumbrados a hablar de drogas y armas como si fuera el pan de cada día, sin darse cuenta de la magnitud de la problemática. Las noticias las ve como ficciones, como mero entretenimiento.
Sandra Díaz